Con el dinero fuera de las sombras, mejora la gobernanza.
David Lipton
El año pasado, el PIB mundial fue de USD 87 billones, frente a tan solo USD 11 billones en 1980. Si bien el PIB es solo uno de los muchos indicadores del bienestar, la mejora es notable. Pero antes de empezar a festejar, consideremos estas cifras, que apuntan a la cara oculta de la economía mundial: USD 7 billones
Esa cifra, equivalente al 8% del PIB mundial, representa el monto estimado que se esconde en centros financieros offshore, gran parte del cual probablemente proceda de actividades ilícitas. USD 1 billón Según un cálculo, esta es la ganancia en ingreso público que podría lograrse si se redujera en un tercio la corrupción en todo el mundo.
Estas cifras encienden una luz que deja ver los rincones ocultos de la economía mundial, el dinero que escapa al alcance de los recaudadores de impuestos, reguladores y organismos de orden público. También son las ganancias ilícitas de sobornos, el producto del arbitraje regulatorio y las utilidades de domicilios fiscales que algunos consideran equivalentes a la evasión fiscal. En su conjunto, van en detrimento del bien común. Es dinero perdido que podría utilizarse para mejorar la vida de la gente.
El aumento de las finanzas digitales, los criptoactivos y el ciberdelito se suma a estos desafíos.
Consideremos la denominada “web oscura”, un mercado oculto que lo abarca todo, desde identidades robadas hasta armas y estupefacientes.