El presidente de EE.UU., Donald Trump, dio luz verde ayer, viernes, a sanciones económicas adicionales contra Irán, que incluyen a altos cargos y a la industria metalúrgica, y con las que busca asfixiar aún más a Teherán tras el ataque con misiles balísticos contra dos bases con tropas estadounidenses en Irak.
“Estoy haciendo al régimen de Irán responsable de los ataques contra personal e intereses de EE.UU. al impedirle sustanciales ingresos que pueden ser usados para financiar y apoyar su programa nuclear, desarrollo de misiles, terrorismo y redes de aliados terroristas, y su malévola influencia regional”, dijo Trump en un comunicado.
Entre los altos cargos sancionados figuran el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Ali Shamkhani; Mohammad Reza Ashtiani, jefe de gabinete adjunto de las Fuerzas Armadas de Irán; y Gholamreza Soleimani, líder del grupo paramilitar Basij del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica. El anuncio fue realizado de manera conjunta por el secretario de Estado, Mike Pompeo; y el del Tesoro, Steven Mnuchin, en una comparecencia desde la Casa Blanca. “Estamos golpeando el corazón del aparato de seguridad del círculo más cercano del régimen”, remarcó Pompeo. Asimismo, las sanciones señalan a los “mayores productores de metales” de Irán así “como nuevos sectores como el de la construcción, manufacturas y minería”. Esta nueva ronda amplía el alcance de las anteriores sanciones, ya que hasta ahora se habían concentrado en sectores estructurales como el petrolero, el bancario y el del transporte. “Estas sanciones continuarán hasta que el régimen detenga la financiación del terrorismo global y se comprometa a no contar nunca con armas nucleares”, dijo Mnuchin. Como consecuencia, agregó, se impedirá el acceso a decenas de millones de dólares para el respaldo a las actividades terroristas.
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