Sirios huyendo del avance de las fuerzas del gobierno en la provincia de Idlib, Siria, hacia la frontera con Turquía, el miércoles 29 de enero de 2020. (AP FOTO/GHAITH ALSAYED)
Unas 520,000 personas fueron desplazadas en los últimos dos meses en el noroeste de Siria, una de las mayores oleadas de éxodo en este país en guerra causada por una ofensiva del régimen y su aliado ruso contra yihadistas y rebeldes.
Desde diciembre la provincia de Idlib y sus alrededores han sido blanco, casi a diario, de ataques y bombardeos aéreos del régimen de Bashar al Asad –apoyado por la aviación rusa–, que ha logrado reconquistar decenas de ciudades y localidades.
La violencia ha producido un desplazamiento masivo en este último gran bastión de los yihadistas y rebeldes, y los civiles han abandonado sus hogares para refugiarse en zonas relativamente protegidas más al norte, cerca de la frontera turca.
“Desde el 1 de diciembre unas 520,000 personas fueron desplazadas (…), la gran mayoría –80%– son mujeres y niños”, dijo a la AFP David Swanson, un portavoz de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Este éxodo es uno de los más importantes desde que empezó el conflicto sirio en 2011, que ha lanzado al exilio a más de la mitad de la población que antes de la guerra era de 20 millones de habitantes.
En los últimos días, corresponsales de la AFP han visto en las carreteras de la región caravanas de automóviles y camionetas con civiles huyendo de los combates, con colchones, utensilios de cocina, colchas y alfombras de yute.
Es el caso de Mohamed Bahjat y su familia, que huye de los combates cerca de la ciudad de Saraqeb.
“Hasta ahora no sabemos donde vamos”, dijo este hombre de 34 años, padre de tres hijos y que viaja con sus padres y su hermano. “Nos fuimos bajo las bombas”, explica.
- “Sufrimientos injustificables” –
“La violencia casi diaria” causó “sufrimientos injustificables para centenas de miles de personas que viven en el sector”, declaró Swanson.
La mayoría de los desplazados huyen de “las zonas del frente” en el sur de la provincia de Idlib, precisó.
“La mayoría de los nuevos desplazados se trasladan a las zonas urbanas y los campos de desplazados en el noroeste de Idlib” y otros a los territorios del norte de la provincia de Alepo, cerca de la frontera con Turquía.
La ofensiva del régimen ha costado la vida a decenas de civiles desde diciembre y provocado enorme destrucción.
Más de la mitad de la provincia de Idlib y algunas zonas de las provincias vecinas de Alepo, Hama y Latakia están bajo el control del grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS, ex rama siria de Al Qaida) que tolera la presencia de algunos grupos rebeldes.
La mitad de los cerca de tres millones de habitantes de la región de Idlib ya son desplazados. Huyeron a otros bastiones rebeldes recuperados en los últimos años por el régimen.
- Establecimientos médicos cerrados –
La continuación de la ofensiva del régimen provocó en enero el cierre de al menos 53 establecimientos médicos en la región, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La Turquía vecina, que apoya a algunos rebeldes y despliega tropas en el noroeste sirio, ve con desagrado el avance del régimen y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan aseguró que no permitirá al régimen “ganar terreno” en Idlib.
El lunes, soldados turcos y sirios libraron violentos combates en esta región, una de los enfrentamientos más graves entre ambos bandos desde el comienzo del conflicto.
Según Ankara, cinco militares y tres miembros del personal civil turco murieron. Del lado sirio, 13 soldados fueron abatidos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). La agencia oficial siria Sana negó que hubiera muertos.
Entre abril y agosto de 2019, la región de Idlib ya fue teatro de una ofensiva de envergadura del régimen, que dejó unos 1.000 civiles muertos, según el OSDH.
Desde mediados de diciembre la ofensiva ya ha costado la vida a 294 civiles, entre ellos 83 niños según el OSDH.
El frente de Idlib represente la última gran batalla estratégica para el régimen de Asad, que controla más del 70% del territorio, tras haber multiplicado sus victorias, con la ayuda de Rusia, frente a los yihadistas y rebeldes.
Desencadenada por la represión de manifestaciones prodemocracia antes de complicarse con las intervenciones extranjeras, el conflicto en Siria deja más de 380.000 muertos desde 2011.
Diario Libre