Los puzzles para adultos están de moda en todo Estados Unidos. Se realizan noches de puzzles en cafeterías y bibliotecas. Hay grupos y competencias en línea. Rompecabezas de madera confeccionados a mano que cuestan cientos o miles de dólares. Adicionalmente, hay diseños que van desde obras de arte de vanguardia hasta los hechos a pedido con fotos familiares.
“Al principio no me apasionaban los puzzles, pero cuando empecé a armarlos, vi que eran algo hermoso”, dijo A.J. Jacobs, un autor que está escribiendo un libro sobre puzzles, crucigramas y otros pasatiempos. “Son una manera muy apacible y alegre de pasar un par de horas. Las piezas son físicas, táctiles y cuando uno coloca una pieza siente una descarga de endorfinas”.
Los fanáticos dicen que alivian el estrés de la vida cotidiana, permiten apartarse de las pantallas y vivir el momento.
Jacobs dice que su investigación sobre los pasatiempos lo llevó al “Torneo Internacional de Puzzles” en Valladolid, España, una competencia con tiempo límite en la que participaron equipos de 40 países.
El equipo formado por él, su esposa y sus dos hijos terminó antepenúltimo. Un equipo de cuatro mujeres siberianas ganó el campeonato al armar cuatro puzzles en menos de cuatro horas.
“Rusia es una potencia”, dijo Jacobs entre risas.
Muchos aficionados se dan por satisfechos con los puzzles de cartón, pero también hay demanda por piezas de madera y artesanales. Las obras de arte reemplazan a las fotos comerciales. Algunos entusiastas compran marcos, pegantes y otros elementos para conservar los rompecabezas armados.
La firma Stave Puzzles, de Vermont, fabrica una amplia gama de puzzles de madera, que se venden por cientos, incluso miles de dólares.
“Nuestras ventas aumentaron 25% en la última década”, dijo el fundador de la empresa, Steve Richardson. “Recibimos pedidos de hijos y nietos de nuestros clientes originales, de modo que sin duda es una actividad generacional”.
Diario Libre