Una investigación publicada en la revista ‘Science Advances’ dio detalles sobre los nuevos fósiles descubiertos de la tortuga ‘Stupendemys Geographicus’, ubicados en el desierto de Tatacoa de Colombia y la región de Urumaco de Venezuela, que evidencian que el animal midió hasta 4 metros de largo y peso 1.250 kilos.
El estudio señala que los ‘Stupendemys’ machos, a diferencia de las hembras, contaban con fuertes cuernos frontales a ambos lados del caparazón, muy cerca del cuello.
Las profundas cicatrices detectadas en los fósiles indican que estos cuernos pueden haber sido utilizados como una lanza para luchar por el territorio contra machos Stupendemys u otras especies.
Según el paleontólogo Edwin Cadena, de la Universidad del Rosario en Bogotá, quien dirigió la investigación, ‘Stupendemys’ es la segunda tortuga más grande conocida, detrás de Archelon.
Los primeros fósiles de ‘Stupendemys’ se encontraron en la década de 1970, pero arrojaron pocas luces sobre el animal. En cambio, los nuevos hallazgos incluyen un caparazón de 2,86 metros de largo, incluso más grande que el de Archelon, así como restos de la mandíbula inferior, que dieron pistas sobre su dieta.
“Stupendemys Geographicus era enorme y pesado. Los individuos más grandes de esta especie tenían el tamaño y la longitud de un automóvil sedán si tenemos en cuenta la cabeza, el cuello, la concha y las extremidades”, dijo Cadena, quien agregó que “su dieta era diversa, incluidos animales pequeños como peces, caimanes, serpientes, así como moluscos y vegetación, en particular frutas y semillas”.
El paleontólogo asegura que todas las características anatómicas de esta especie indican que su estilo de vida “estaba principalmente en el fondo de grandes cuerpos de agua dulce, incluidos lagos y ríos”.
Stupendemys, que significa ‘tortuga estupenda’, habitaba un colosal sistema de humedales que abarcaba Colombia, Venezuela, Brasil y Perú, antes de que se formaran los ríos Amazonas y Orinoco.
En este sentido, se estima que compartió el entorno con cocodrilos gigantes, incluido el caimán Purussaurus, de 11 metros de largo. De hecho, uno de los fósiles de ‘Stupendemys’ tenía incrustado un diente de cocodrilo de 5 centímetros.
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