El mundo Zoom

La “nueva normalidad” nos lleva al espacio social de Zoom, una plataforma de teleconferencias que Wikipedia describe así: “…es un programa de videollamadas y reuniones virtuales, accesible desde computadoras de escritorio, computadoras portátiles, teléfonos inteligentes y tabletas. Su fabricante es la empresa Zoom Video Communications, asentada en San José, California”. Zoom domina el mercado con +300 millones de usuarios diarios en abril 2020, gracias a la pandemia. La compañía, fundada por un inmigrante chino, Eric Yuan, cuya visa estadounidense le fue negada ocho veces, tiene un valor que supera los $51 millardos, mucho más que las 7 mayores aerolíneas del planeta. Y sin problemas de crecimiento.

¿Qué es el mundo Zoom? La vía digital de entrevistas, conferencias y clases globales, reuniones de negocios, privadas o familiares, en fin, el propio Google de la vida social y profesional, sin mucha competencia que se diga. ¿Por qué es tan popular? Porque es fácil de usar, no requiere entrenamiento previo, se puede dividir la pantalla para mostrar una presentación, fotos, textos, diagramas, lo que sea necesario. Además, permite audiencias activas y múltiples, conexión a YouTube, grabaciones, es decir, todo lo que requiere el intercambio social y profesional. Pero tiene sus bemoles.

Después de usar el sistema durante meses de pandemia, se acentúa la lentitud de la banda ancha, las imágenes que van y vienen, participantes que se ausentan, aparte que para vencer obstáculos se apagan cámaras y sonido, y así queda quien habla solo ante la pantalla, sin poder observar la respuesta de la audiencia. El espacio digital no sustituye el contacto humano ni al lenguaje corporal, el saludo cordial, la conversa al término de la reunión, el afecto de la cercanía física. Pero eso es lo que hay.

Zoom tiene sus detractores y muchos hackers que hacen de las suyas, excepto que no hay más remedio que adaptarse al espacio digital ante esta nueva realidad.

@rrangelaldao
El Universal