¿Qué es lo que pasa con Punta Catalina?

La Central Termoeléctrica Punta Catalina es, sin duda, el principal proyecto de generación eléctrica jamás construido en República Dominicana. Al mismo tiempo, ha sido el más cuestionado desde un principio por la forma en que se llevó a cabo el proceso de adjudicación. Su impacto en el medio ambiente y la supuesta corrupción desde que se inició, además de los escándalos en torno al lugar donde se construyó, no ha cesado como tema en la opinión pública.
Pero hay otro aspecto que llama la atención y, por qué no decirlo, a preocupación casi en grado extremo: las constantes salidas de operación de su unidad 1 de generación. Esta central de electricidad fue inaugurada por la administración de Danilo Medina el 29 de julio, a solo 18 días de dejar el Gobierno, a pesar de que fue una obra que fue iniciada casi con su primer mandato.

Mientras el primer administrador de Punta Catalina, Jaime Aristy Escuder, dice que las declaraciones o denuncias de las actuales autoridades respecto a esa central termoeléctrica buscan desviar la atención sobre los apagones, lo cierto es que la planta salió de servicio (o la sacaron) en más de un par de ocasiones antes de su inauguración. La información dada a conocer a los medios fue casi siempre la misma: ajustes técnicos durante el proceso de prueba.

Sin embargo, hay algo que me pregunto: ¿Por qué una planta nueva sale tantas veces de línea? ¿Es que las especificaciones técnicas prometidas no se cumplieron o hay una mentira tratada de tapar con otras mentiras? ¿Dónde ha estado el fallo? Nadie ha cuestionado la necesidad de nueva generación, sin importar el combustible, pero Punta Catalina, al parecer, saldrá muchísimo costosa de lo lógicamente admisible. Su costo, al parecer, tendrá dos variables: el económico y el moral.

Cuando escuchamos al nuevo administrador de la generadora de Punta Catalina, Serafín Canario de la Rosa, decir que que la unidad 1 estará fuera de servicio por unos seis días, debido a fallas técnicas que inhabilitaron el funcionamiento del sistema de control de calidad de aire (AQCS), llegan muchas preguntas a nuestro cerebro que es mejor guardárnoslas para otra ocasión. Supongo que el día en que fue inaugurada, cuyo acto se hizo con un protocolo especial por el covid-19, las autoridades tenían los dedos cruzados para que no fallara durante el acto de formal recepción de esa termoeléctrica.

Por suerte, y esta es la buena noticia entre tantas malas, los gastos de la reparación de la unidad que produce unos 376 megavatios, serán cubiertos por el consorcio constructor encabezado por Odebrecht, conforme a lo establecido en los términos de garantía y el contrato de construcción. En mi caso, estoy inscrito en la lista de los optimistas. Según el administrador, aparte del caso de las fallas en las juntas de expansión del sistema de AQCS, las unidades 1 y 2 presentan una elevada falta de seguridad y fiabilidad operacional. Espero que una auditoría que anunciaron, tanto técnico como económica, sea realizada lo antes posible para pasar del bla bla bla a los hechos.

Una nota al margen. Siempre he querido hacerle una pregunta a Aristy Escuder: ¿Por qué aceptó el cargo luego de haber formado parte de la comisión que investigó el proceso de licitación de esa termoeléctrica?

El Dinero